La independencia cultural y económica de un país se logra y se conserva principalmente y entre otras cosas, por la buena calidad en la práctica de sus profesionales; lo que implica contar con instituciones de educación superior que también tengan un buen nivel de calidad en los procesos de formación de sus estudiantes. Es por ello que las Instituciones de Educación Superior (IES) requieren establecer procesos de evaluación con fines de acreditación que revisen su función social (pertinencia), la suficiencia y la calidad del servicio que brindan. Es en este contexto donde surge la necesidad de contar con organismos que realicen procesos de acreditación; pero que tengan características tales que den credibilidad y confiabilidad a la actividad que realizan. Es así como surgen en México los organismos acreditadores a partir de 1994, año en el que se funda el Consejo de Acreditación de la Enseñanza de la Ingeniería (CACEI), primero de ellos, como una asociación civil constituida en forma plural, ya que en ella participan diversos sectores relacionados con la formación y el ejercicio profesional de los ingenieros. A lo largo de 20 años, el CACEI ha realizado una intensa y fructífera actividad, al establecer la metodología para los procesos de acreditación y aplicarlos a cientos programas de diversas ramas de la ingeniería; lo que da una idea de la importante labor que esta asociación realiza, al contribuir a elevar la calidad de la educación superior y a la formación de profesionales más preparados, más competitivos, más responsables y más comprometidos, tal y como lo demanda nuestro país.